Si darle un sorbo a un café caliente o probar una granizada bien fría te provoca dolor en los dientes se debe seguramente a que padeces sensibilidad dental. En este blog de CENTRO DENTAL 31 DE AGOSTO te contamos cómo tratarla.

El calor comienza a hacerse notar cada vez y apetecen alimentos que ayuden a refrescarnos. Puede que te sientas identificado con esa imagen en la que le das un muerdo a un helado y una sensación de molestia fuerte recorre tu boca. Lo mismo puede ocurrir cuando ingerimos bebidas o comidas muy calientes. El origen de ese dolor se encuentra en la sensibilidad dental.

¿A qué se debe? Normalmente a que el esmalte de nuestros dientes se va desgastando con el tiempo, de manera que quedan al descubierto unos pequeños tubos dentro de los cuáles hay unas células que al entrar en contacto con temperaturas altas o bajas generan esa respuesta en forma de dolor. También puede darse el caso de que se produzcan grietas en la superficie de ese esmalte, de forma que el frío o el calor llegue a alcanzar alguno de los nervios que se encuentran debajo del diente. En el peor de los casos, esa sensibilidad se puede deber a la existencia de caries, problemas en las encías o de alguna infección en nuestras piezas dentales.

¿Cómo podemos combatirlo? Es importante acudir a nuestro dentista para que pueda detectar la causa exacta de esa molestia, sobre todo cuando esa sensibilidad se mantiene durante varios días.

Una vez detectada la raíz del problema, nos indicará el tratamiento a seguir, que puede pasar por aplicar un agente que elimina la sensibilidad o puede que opte por algún tipo de sellado o recubrimiento que proteja nuestros dientes – como por ejemplo el uso de barnices de flúor-.

Además, posiblemente nos indique que cambiemos nuestras rutinas de higiene bucal en casa. Debemos revisar si estamos utilizando la pasta de diente adecuada. En el mercado podemos encontrar distintas opciones para dientes sensibles. Y tengamos en cuenta que algunas pastas, como por ejemplo las blanqueadoras, contribuyen a aumentar la sensibilidad ya que su función es aclarar las manchas en el esmalte. A la hora de cepillarnos, no conviene ejercer mucha presión sobre los dientes ni utilizar cepillos con cerdas demasiado duras.

Otro consejo que nos puede ayudar a evitar esas molestias es no abusar que alimentos ácidos, ya que tienden a desgastar el esmalte de los dientes. El vino, el vinagre, la ensalada y los zumos de frutos, son algunos ejemplos de ello. En caso de tomarlos, lo mejor es cepillarse los dientes inmediatamente después.

Esa manía que tenemos mucho de llevarnos a la boca objetos como lápices o bolígrafo tampoco favorece a nuestra salud bucal puesto que provoca desgaste en las piezas dentales.

Muchas personas rechinan de manera inconsciente los dientes –bruxismo- y es otra de las causas que pueden provocar sensibilidad porque contribuye al desgaste del esmalte. Para evitarlo, los odontólogos recomiendan el uso de férulas nocturnas.